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10.29.2007

Relatos de amor

"Carta para un amor imposible"

No bastan las palabras que escribo en este papel para formar acaso una simple idea de lo que siento por ti. No bastarían tampoco todas las flores del mundo para demostrarlo. Acaso mis sentimientos hacia ti estén más allá, mucho más allá de una simple palabra o de una bella flor, o pensándolo mejor, quizás si se pueda resumir todo en una sola palabra: amor. Quisiera poder expresarte este amor, el más grande, con una pequeña frase: Te quiero, pero tal vez pienses que son simples palabras que un día puede llevarse el viento. Quisiera tenerte un día entre mis brazos, tu cabeza acomodada en mi pecho, mi mejilla perdida en tus cabellos, mis labios susurrándote al oído lo importante que eres para mi. Esto es solo un sueño, una simple utopía tan lejos de lo posible como están las estrellas de un poeta y tú, mi estrella, la más hermosa, nunca brillas en mis noches y te desvaneces en mis días. Yo, el aprendiz de poeta que ahora juega a escribir cartas sin saber tan siquiera sin un día tus ojos se fijarán en mis letras, sigo soñando con mi estrella, sigo soñando contigo, soñando a veces despierto y despertando solo para pensar en ti. Pero siempre quedan los milagros y yo busco el mío, el más maravilloso, porque mi milagro eres tú y el simple eco de mis palabras en tus labios repitiendo te quiero mucho me llevaría mucho más allá de la felicidad, el simple roce de tus labios en los míos formando un beso me demostrarían que no hay nada más hermoso en la tierra que una mujer y que no hay mujer más hermosa que tú.

Te quiero



Un suspiro Intenso

Todo ocurrió deprisa, fue como un suspiro intenso y veloz.
Entrantes en mi vida, cuando me rodeaba la paz y el amor no era principalmente la fuente de mi ilusión.
Sin embargo, con tu cariño, con tu dulzura te adentraste en mi y moviste de nuevo las mariposas que un día se quedaron dormidas por el dolor, dolor de amar.
Sentí pánico y creí que no pasaría nada que la barrera me protegería.
Pero me equivoque, sin poder detenerlo ya pertenecías a una parte de mi.
Una tarde fría, te marchaste silencioso, confundido.
Y yo cautelosa deje que partieras de mi vida, pero en ese momento no comprendí que toda esa rabia, impotencia, esa sensación vacía era amor.
Que dentro ese suspiro inquieto había roto todas las barreras y había llegado amarte.
Tu partida me dejo vacía, y tu ausencia dolorosa.
Me di cuenta tarde e intente retomar mi error, ciega por el amor hacia ti, pero en medio de ese camino, antes de adentrarme en el, no vi que ya era tarde, te había perdido, que tu corazón lo ocupa esa persona y que igual nunca dejo de hacerlo.
Ahora abrí los ojos y duele darse cuenta que tu cariño es amistad, lo vivido son recuerdos hermosos, pero que no traspasan y ni traspasaran mas de hay.
Me toca acostumbrarme a vivir mirándote como un amigo, a guardar con cariño los momentos mágicos y a comprender que nuestra historia no fue nada mas que amistad bañada por el deseo. O por lo menos para ti.
Cuesta es verdad, no derramar mas lagrimas, guardar el dolor y no mirar hacia atrás, darte mi apoyo y mi cariño, pero sabiendo que solo es amistad lo que puede unir nuestros corazones.

En el camino

Esta inútil brújula ya no indica al norte y he perdido el camino. Las huellas de las pisadas que seguía han sido borradas por el tiempo austero que juega con las distancias, con los recuerdos y las palabras.
Un contigo y un sin ti que vacila entre voluntades maniatadas y promesas putrefactas que nos empeñamos en restaurar como un viejo cuadro de Van Gogh, como una “noche estrellada” sin luna…sin estrellas…sin noche. Frente a mí un lienzo negro ¿Cuántas capas de óleo se pueden llegar a dar con la intención fallida de crear un nuevo cuadro? ¿Cuántas en un mismo lienzo? Embostamos la vida desde la infancia, nos marcamos los trazos, o más bien nos toman la mano mientras sostenemos el pincel señalándonos el orden y el camino a groso modo, más groso que módico, trazos marcados con punta de compás que dejan huella en nuestras carnes. Cicatrices que pican con el cambio del tiempo y se oscurecen cuando hace frío.

Ya no te busco porque me he encontrado a mi misma y es cuanto necesito para ser feliz, solo partiendo desde este punto se pueden hacer las cosas bien. Lo esencial en un mapa es encontrar el lugar donde nos encontrarnos, a partir de ahí comienza el viaje, no importa cual sea el destino siempre que sepamos cual fue el punto de partida para así poder regresar si nos perdemos. El refugio del alma no es un tópico, es un único.
No me busques, que no soy el camino y mis espaldas no sostienen más lastre que el que me voy echando yo misma. No esperes que te espere, mis piernas marcan un compás descompasado que no pienso detener, si me duelen los pies en este caminar seguiré descalza, no hay piedra en el camino imposible de patear.


Se que te amo


Si me preguntaras ¿cómo sé que te amo? Contestaría sin titubeos que lo sé porque me dueles, me duele tu suerte como la mía propia; eres parte de mí, mi mitad, y si esa mitad sufre, yo sufro… Si es feliz, yo también lo soy. Sé que te amo porque respondes a mi grito silencioso siempre al acecho de tu respuesta; te amo porque llenas todas mis expectativas como hombre, como ser humano, como compañero, amante y amigo…
Sé que te amo porque he llorado sin razón alguna al evocarte en días nublados, con sol o con lluvia, y porque el corazón se vuelca en inmensa dicha al encontrarme con unas letras tuyas o al contemplar con adoración tu imagen a través de la distancia… Te amo porque has venido a cambiar mi vida, le has dado sentido… le has dado alegría y color… Porque amarte es vivir, es prescindir de todo menos de tu encanto; amarte con locura, sin freno, desesperadamente, amar tu esencia, absorber tu luz y amarte sin descanso…
Por eso y por muchas cosas… sé que te amo.

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